Imagen de los años 50. |
Y si
los muertos envejeciesen, ¿no sería una consuelo? Pensar en Ethan haciéndose
mayor en el cielo -con catorce años ahora en vez de doce- mitigaba un poco la
pena. Ah, era su inmunidad al paso del tiempo lo que daba tanta congoja de los
muertos. (Mira, por ejemplo, al marido que muere joven y la esposa que envejece
sin él; qué tristeza imaginar al marido que regresa y la encuentra tan
cambiada.) Macon miró por la ventanilla, meditando la idea. Sintió una especie de
impulso interior, como una corriente hacia adelante. La verdadera aventura,
pensó, es el fluir del tiempo; hay en ello tanta aventura como se pueda desear.
Y si imaginaba a Ethan formando parte de ese fluir -en algún otro lugar, por
inalcanzable que fuese-, creía poder ser capaz de soportarlo, después de todo.
Págs.
462-463. El turista accidental (1985). Anne Tyler. Punto de Lectura.