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Aquí encontrarás una selección accidental de textos literarios pertenecientes a obras clásicas de la Literatura universal. Sin otro criterio que el gusto y el azar seguidos por el profesor de Lengua Rafael Bermúdez Ortiz, el alumnado tiene la oportunidad de acercarse a algunos de los títulos y autores más célebres del canon literario occidental mediante este catálogo de citas, páginas y recortes. Ojalá disfruten tanto como el autor de su lectura.

Viajando sobre el mapa


Mapa de París a finales del siglo XIX.

Emma vivía en Tostes. El vizconde ahora estaría en París, allí, tan lejos. ¿Cómo sería el París ese? iQué nombre tan inconmensurable! Se lo repetía ella entre dientes, como para degustarlo, y sonaba en sus oídos como la campana de una catedral, aparecía deslumbrante delante de sus ojos hasta escrito en la etiqueta de sus frascos de pomada.
            
Por la noche, cuando los pescadores pasaban debajo de su ventana montados en carretas y enconando La Marjolaine, el rumor de aquel cántico la despertaba y se quedaba escuchando el ruido de las ruedas forradas de hierro que se iba después amortiguando sobre la tierra, en cuanto las carretas salían del pueblo.
            
-¡Mañana ya habrán llegado allí! -se decía.
            
Y los iba siguiendo con la imaginación, subiendo y bajando cuestas, enfilando aprisa la carretera general bajo la luz de las estrellas. Pero siempre, al cabo de una distancia que no podía precisar, se topaba con un lugar confuso en donde el sueño se desvanecía.
            
Se compró un plano de París y allí, con la punta del dedo sobre el mapa, hacía excursiones por la gran ciudad. Subía por los bulevares arriba, se paraba en todas las esquinas, en las encrucijadas de las calles, delante de los rectángulos blancos que representaban los edificios. Acababa cerrando los párpados porque se le cansaban los ojos, pero aun en el seno de aquella penumbra veía oscilar a merced del viento la llama de gas de las farolas y oía cómo se desplegaban con gran estruendo los estribos de las carrozas al detenerse delante del pórtico de los teatros.


Págs. 55 y 56. Madame Bovary (1856). Gustave Flaubert. EL MUNDO, Biblioteca Millenium.